Personajes: Severus Snape/ Harry Potter
Genero: Romance.
Advertencia: Mpreg.
Clasificación: R
Disclaimers: Los personajes de Harry Potter, no son míos, pertenecen a J. K. Rowling.
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Cuando Severus salió de la habitación para buscar un poco agua, no se sorprendió de ver a su esposo en el salón de la casa que compartían desde hace cuatro años. La imagen era hermosa, verlo iluminado con miles de colores que le daban una expresión dulce y agradable.
Fue a la cocina, sin hacer el más mínimo ruido, y sacó de la alacena un paquete de galletas, de esas que su Harry solía devorar por sus antojos. Llenó dos vasos con leche. Blanca para él y de frutilla para Harry, su sabor favorito desde que su medico le dijo que esperaba un bebé.
Volvió a la sala, mientras convocaba una manta de la habitación y esta llegaba a sus brazos antes de ingresar.
—Te enfriaste mucho así, Harry –le dijo al tiempo en que se sentaba tras él en el suelo y hacía que su esposo apoyara su espalda en su pecho — ¿Qué hacías? —Le dijo poniendo la manta para cubrirse ambos.
Harry se volteó para regalarle una dulce sonrisa mientras le enseñaba un libro que había estado en su regazo.
—Le leía un cuento de navidad a mi bebé.
Severus sonrió de lado y le entregó el vaso de leche. Los ojos de su esposo parecieron iluminarse y estaba seguro que escucho ronronear cuando le entregó las galletas.
—Eres tan fácil de complacer, Potter —le dijo abrazándolo nuevamente, arropándolos a los tres. —Esta muy inquieto esta noche —dijo al sentir una patadita del vientre de su niño hermoso.
—No se había movido —le dijo comiendo una galleta —le gusta que nos consientas.
—Lo hago siempre, Harry, ¿Cuál es la diferencia ahora?
—Que esta noche es especial —le dijo volteando y dándole un beso de piquito —hoy cumple siete meses y esta más perceptivo.
—Y tú más sensible —le quitó una lágrima que bajó por su mejilla.
—Es que me gusta mucho nuestro arbolito —se giró para contemplar las luces que le iluminaban y tintineaban reflejándose en las paredes, escasa de otro suministro de luz —es el más hermoso que he visto.
—Por que lo hicimos juntos —le dijo abrazándolo y acariciando su vientre —y este bebé será igual de hermoso por que también lo hicimos con mucho amor.
Harry sonrió y apoyó su cuerpo en el de su esposo. Esta navidad la pasarían los dos solos, pero nunca más sería así, su hijo estaría para la próxima y las que vengan. Ahora tenía una familia con quien contemplar un hermoso árbol de navidad.
Severus acariciaba el vientre de su esposo, añorando por que el tiempo pasara rápido y poder tener entre sus brazos a su pequeño Antares, para poder consentirlo y llenarlo del amor que tenía destinado para él.
Su navidad sería hermosa, por que ambos estaban en la espera de que el regalo más grande para ellos llegara en un par de meces mas, lo que más han querido y que esperarían pasa convertirlo en lo más importante de sus corazones, además de su pareja.
Genero: Romance.
Advertencia: Mpreg.
Clasificación: R
Disclaimers: Los personajes de Harry Potter, no son míos, pertenecen a J. K. Rowling.
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Cuando Severus salió de la habitación para buscar un poco agua, no se sorprendió de ver a su esposo en el salón de la casa que compartían desde hace cuatro años. La imagen era hermosa, verlo iluminado con miles de colores que le daban una expresión dulce y agradable.
Fue a la cocina, sin hacer el más mínimo ruido, y sacó de la alacena un paquete de galletas, de esas que su Harry solía devorar por sus antojos. Llenó dos vasos con leche. Blanca para él y de frutilla para Harry, su sabor favorito desde que su medico le dijo que esperaba un bebé.
Volvió a la sala, mientras convocaba una manta de la habitación y esta llegaba a sus brazos antes de ingresar.
—Te enfriaste mucho así, Harry –le dijo al tiempo en que se sentaba tras él en el suelo y hacía que su esposo apoyara su espalda en su pecho — ¿Qué hacías? —Le dijo poniendo la manta para cubrirse ambos.
Harry se volteó para regalarle una dulce sonrisa mientras le enseñaba un libro que había estado en su regazo.
—Le leía un cuento de navidad a mi bebé.
Severus sonrió de lado y le entregó el vaso de leche. Los ojos de su esposo parecieron iluminarse y estaba seguro que escucho ronronear cuando le entregó las galletas.
—Eres tan fácil de complacer, Potter —le dijo abrazándolo nuevamente, arropándolos a los tres. —Esta muy inquieto esta noche —dijo al sentir una patadita del vientre de su niño hermoso.
—No se había movido —le dijo comiendo una galleta —le gusta que nos consientas.
—Lo hago siempre, Harry, ¿Cuál es la diferencia ahora?
—Que esta noche es especial —le dijo volteando y dándole un beso de piquito —hoy cumple siete meses y esta más perceptivo.
—Y tú más sensible —le quitó una lágrima que bajó por su mejilla.
—Es que me gusta mucho nuestro arbolito —se giró para contemplar las luces que le iluminaban y tintineaban reflejándose en las paredes, escasa de otro suministro de luz —es el más hermoso que he visto.
—Por que lo hicimos juntos —le dijo abrazándolo y acariciando su vientre —y este bebé será igual de hermoso por que también lo hicimos con mucho amor.
Harry sonrió y apoyó su cuerpo en el de su esposo. Esta navidad la pasarían los dos solos, pero nunca más sería así, su hijo estaría para la próxima y las que vengan. Ahora tenía una familia con quien contemplar un hermoso árbol de navidad.
Severus acariciaba el vientre de su esposo, añorando por que el tiempo pasara rápido y poder tener entre sus brazos a su pequeño Antares, para poder consentirlo y llenarlo del amor que tenía destinado para él.
Su navidad sería hermosa, por que ambos estaban en la espera de que el regalo más grande para ellos llegara en un par de meces mas, lo que más han querido y que esperarían pasa convertirlo en lo más importante de sus corazones, además de su pareja.
Fin
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