Personajes: Tesuka /Ryoma
Genero: Romance, Humor.
Advertencia: AU (completamente)
Clasificación: R
Disclaimers: Los personajes de Prince of Tennis no me pertenecen.
º0º0º0º0º0º
Nunca pensó que algo así podía pasarle a él.
¿Cómo llegó a prestarse para semejante estupidez? Sólo Kami podría saberlo.
¿Desde cuando Echizen Ryoma se prestaba para un acto tan bajo como pedirle algo a base del chantaje emocional?
Claro, no le había pedido nada del otro mundo, simplemente vestirse con ese estúpido traje de Santa Claus para poder distrajera los que asistirían a la celebración de navidad.
Una celebración a la que él NO quería asistir, pero como siempre, accedió a pedido del más pequeño de los seleccionados de Seigaku.
Lo vio caminar hacia él, con esa maldita sonrisa de lado que le impedía ver algo de sentimientos.
— ¿Ves que no te costo nada? — Le dijo llegando a su lado —.Es cosa de querer hacer las cosas.
¡Ese era el problema! Por mas que pataleara (Cosa que él no haría por nada del mundo), reclamara y hasta amenazara con expulsión del equipo, nunca podía decirle que no a Ryoma.
—No le veo la gracia a hacer esto —le dijo cruzando sus brazos y arreglando sus gafas que amenazaban con caerse —. No entiendo para que quieres que lo haga.
Lo vio elevar sus hombros y meter sus manos en los bolsillos, mientras miraba a todos lo que habían asistido a la reunión y que de vez en cuando le mandaban una mirada extrañada a su capitán, para luego voltearse y chismorrear algo que él no alcanzaba a escuchar. Fue entonces en que su cerebro empezó a trabajar con normalidad, rapidez y agilidad. Había caído en una trampa
>>Dime, por favor, que no apostaste esto con Momoshiro.
Ryoma le miró de lado y sonrió con picardía. ¡El maldito lo había engañado con besos y caricias para engatusarlo!
Nunca se esperó, cuando empezó su ilícita relación con el hábil muchachito, que se vería encandilado de esta manera, reduciendo a lo más mínimo su control sobre lo que pasaba a su alrededor.
—No te voy a negar que es tentadora tu teoría —le dijo con descaro, mirándolo de reojo —, pero no, simplemente es una pequeña venganza por lo de la vez pasada.
Y ahí estaba el asunto de todo. Lo recordaba claramente. Le había dicho a Ryoma que no jugaría en ese partido por que su ultima noche junto lo había dejado demasiado “adolorido”. Obviamente el chico peleó y chilló como el niño que de verdad era, pero al final tuvo que aceptar, cuando su capitán (y pareja), en un movimiento rápido, apretó su trasero y le hizo saltar ante el dolor en su parte baja.
Y ahora estaba ahí, pagando sus culpas en plena fiesta de navidad, viéndole regodearse de su habilidad ante la manipulación. Ahora, sólo podía esperar a que la tortura terminara y pudiera recibir su recompensa. Oh, por que de algo estaba seguro, Ryoma le tenía una sorpresa, y estaba seguro que esta incluía una cama, dentro de los inmobiliarios a utilizar.
Genero: Romance, Humor.
Advertencia: AU (completamente)
Clasificación: R
Disclaimers: Los personajes de Prince of Tennis no me pertenecen.
º0º0º0º0º0º
Nunca pensó que algo así podía pasarle a él.
¿Cómo llegó a prestarse para semejante estupidez? Sólo Kami podría saberlo.
¿Desde cuando Echizen Ryoma se prestaba para un acto tan bajo como pedirle algo a base del chantaje emocional?
Claro, no le había pedido nada del otro mundo, simplemente vestirse con ese estúpido traje de Santa Claus para poder distrajera los que asistirían a la celebración de navidad.
Una celebración a la que él NO quería asistir, pero como siempre, accedió a pedido del más pequeño de los seleccionados de Seigaku.
Lo vio caminar hacia él, con esa maldita sonrisa de lado que le impedía ver algo de sentimientos.
— ¿Ves que no te costo nada? — Le dijo llegando a su lado —.Es cosa de querer hacer las cosas.
¡Ese era el problema! Por mas que pataleara (Cosa que él no haría por nada del mundo), reclamara y hasta amenazara con expulsión del equipo, nunca podía decirle que no a Ryoma.
—No le veo la gracia a hacer esto —le dijo cruzando sus brazos y arreglando sus gafas que amenazaban con caerse —. No entiendo para que quieres que lo haga.
Lo vio elevar sus hombros y meter sus manos en los bolsillos, mientras miraba a todos lo que habían asistido a la reunión y que de vez en cuando le mandaban una mirada extrañada a su capitán, para luego voltearse y chismorrear algo que él no alcanzaba a escuchar. Fue entonces en que su cerebro empezó a trabajar con normalidad, rapidez y agilidad. Había caído en una trampa
>>Dime, por favor, que no apostaste esto con Momoshiro.
Ryoma le miró de lado y sonrió con picardía. ¡El maldito lo había engañado con besos y caricias para engatusarlo!
Nunca se esperó, cuando empezó su ilícita relación con el hábil muchachito, que se vería encandilado de esta manera, reduciendo a lo más mínimo su control sobre lo que pasaba a su alrededor.
—No te voy a negar que es tentadora tu teoría —le dijo con descaro, mirándolo de reojo —, pero no, simplemente es una pequeña venganza por lo de la vez pasada.
Y ahí estaba el asunto de todo. Lo recordaba claramente. Le había dicho a Ryoma que no jugaría en ese partido por que su ultima noche junto lo había dejado demasiado “adolorido”. Obviamente el chico peleó y chilló como el niño que de verdad era, pero al final tuvo que aceptar, cuando su capitán (y pareja), en un movimiento rápido, apretó su trasero y le hizo saltar ante el dolor en su parte baja.
Y ahora estaba ahí, pagando sus culpas en plena fiesta de navidad, viéndole regodearse de su habilidad ante la manipulación. Ahora, sólo podía esperar a que la tortura terminara y pudiera recibir su recompensa. Oh, por que de algo estaba seguro, Ryoma le tenía una sorpresa, y estaba seguro que esta incluía una cama, dentro de los inmobiliarios a utilizar.
Fin
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