19 abril, 2011

You are my destiny



Personajes: Harry Potter y Severus Snape

Genero: Romance.

Clasificación: R.

Disclaimers: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J. K. Rowling. El tema utilizado pertenece a Paúl Anka.

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Siempre lo miraba desde las sombras. Con un sentimiento parecido al terror. Un sentimiento que, obviamente, nunca exteriorizaría.
Pasaba a su lado cada vez que uno de los asesores lo llamaba a su despacho y él, sin ser más que un simple mensajero, no podía hacer más que verlo a la distancia.
Sabía donde vivía. Aunque sonara psicópata, lo había seguido un día, luego de que terminara sus horas de trabajo.
Sabía a quienes frecuentaba y quienes eran sus amigos en aquella oficina.
Sabía que le gustaba comer en el almuerzo y que tipo de café pedía de la maquina de Express.
Todo lo sabía y su nombre le sonaba a gloria. Severus. Severus Snape.
Oh, todo su cuerpo se estremecía al escucharlo nombrar en los pasillos, pero él ni siquiera en la soledad de su oficina se atrevía a pronunciarlo, con temor de ser escuchado y descubierto.
El sólo trabaja como mensajero. Quería terminar sus estudios universitarios y sólo encontraba esa manera. Los aranceles eran altísimos y su carrera de ingeniería estaba dentro de las cifras más elevadas.
Pero no se rendiría. Trabajaría las horas necesarias y llegaría a su departamento a estudiar para el otro día. Sólo una cosa lo motivaba.
Un hombre de la empresa a la cual servía de mensajero. Albus Dumbledore. El hombre lo había incentivado al decirle que podía conseguirle realizar su practica profesional allí. Eso llenó de dicha su joven corazón y  le ponía más entusiasmo a su trabajo.
Podría trabajar en el mismo lugar que Severus y eso lo motivaba más aun.
—Harry —llamó un joven desde la puerta.
—Hola, Ron —saludó a su amigo, mientras se disponía a salir de la habitación seguido del otro.
—¿Y como estas? —Le preguntó en tono jovial. Mientras se dirigían a las escaleras, para abandonar el edificio.
—Nervioso.
Harry terminaba ese día sus estudios. Por fin daría su examen de grado y defendería su tesis. Estaba a un sólo paso de dejar todo atrás, para pasar a vivir la vida de un adulto y trabajar en lo que le apasionaba.
Por fin había terminado. No había sido el mejor de su clase, pero su puntaje fue bastante alto y por lo mismo pudo salir a celebrar con sus amigos esa noche.
Llegaron a un bar llamado “Capricho” que se encontraba en los suburbios. Iban casi todos los de su clase. Ron y su novio Draco, el cual había sacado uno de los mejores puntajes y solía presumir el hecho. Otra que presumía su alto puntaje, fue una de sus mejores amigas. Hermione. Iba acompañada de una hermosa morena que la traía volando bajo. Parkinson era su apellido. Otros que lo acompañaban eran Neville y Theo. Pareja desde hace años y los mas estables del grupo.
Habían pedido un ruedo de mojitos y tequilas. Normalmente tomaban algo más suave, pero ahora la idea era celebrar.
Pasaban las horas y los vasos iban llenando la mesa. Las risas iban en aumentos y los trapitos empezaban a salir al sol.
Harry miraba todo a poca distancia. El alcohol empezaba a hacer mella en su cuerpo y los sentidos los tenía al límite. Veía como sus amigos empezaban a apartarse lentamente para sitios más oscuros y privados. No quería incomodar a nadie, por lo que pidiendo una disculpa mediocre se levantó en dirección a la barra.

ßßßßß àààà

Estaba realmente arto de todo lo que esos buitres pretendían hacer de la empresa en la que trabajaba hace años.
Hogwarts había sido una catapulta a su carrera profesional. Nunca en su vida se arrepintió de ninguno de sus pasos, pero estaba vez su jefe, Albus Dumbledore, le había comunicado la incorporación de jóvenes promesas para el futuro financiero de la nación.
¿Qué deparaba para el futuro un grupo de jóvenes con sueños idealistas? Que llegaban a sus puestos de trabajo con ansias de lograr imposibles. Con el iluso propósito de convertirse en grandes idealistas del futuro nacional.
Patrañas, basura, nada de eso significaba nada. Sabía lo que significaba tener un sueño y que se rompiera frente a tus ojos como un manojo de ilusiones que se esparcen por el suelo, pisoteados por burócratas y millonarios ostentosos que no miraban más allá de sus propios intereses.
Por eso estaba ahí. No le importaba para nada perderse en las gotas de un baso de whisky, que se llevara en sus grados las frustraciones y desconsuelos.
Entró en el lugar. Le parecía lo suficientemente bohemio como para que ninguno de los idiotas que compartían su espacio laboral, se encontraran en el lugar.
—Un Whisky doble.
El mesero no demoró nada en servir lo que pidió y en pocos segundos sintió como el líquido quemaba su garganta.
Notó que un joven se sentaba a su lado. Vio que por poco y pierde el equilibrio. Recuperándolo graciosamente y sentándose a su lado.
—Un martín en las rocas… por favor.
Vio que el mesero dudaba un poco en hacerlo y que miraba sobre el hombro del joven.
Por el vidrio que estaba frente a él, pudo distinguir a los chicos que se encontraban en una mesa a pocos metros y entendió enseguida. El joven no estaba solo y el mesero comprobaba que no fuera a ser riesgosos permitirle un trago más.
El hombre le sirvió el trago y el imprudente joven lo bebió de un solo golpe, haciendo una mueca al sentir como el líquido descendía por su garganta.
Lo miró por un instante, siempre a través del espejo frente a él, y pudo distinguir sus rasgos más básicos. Tenía los ojos verdes y estaban enmarcados en lentes de marco transparente. Cabello negro y revuelto. Facciones suaves y finas. El chico en si era guapo. Debía tener unos 24 años o algo así.
Harry enfocó un poco su mirada y vio delante de él. Sus ojos se abrieron más de lo que deberían. Frente a él y por medio del reflejo del espejo del bar, pudo notar como un hombre que conocía demasiado, estaba sentado junto a él.  Severus Snape estaba a su lado, mientras bebía un trago.
Severus notó el escrutinio sobre su persona y giró un poco su cabeza. Se sorprendió un poco por la cara confusa del joven. ¿Lo conocería de alguna parte?
—¿Te conozco? —Preguntó, sin estar muy seguro de por que lo hizo.
Harry estaba estático en su sitio. No podía creer que el hombre le hablara y realizo la única acción que en ese momento se reprocharía. Salió corriendo en dirección a la salida.
Severus no entendió muy bien lo que pasaba, pero miró a los amigos del joven que no parecían haberse percatado de la ausencia del oji verde y lo siguió a la salida. Impulsado por quizás que cosa.
Lo encontró recargado en un poste, mientras evacuaba por su boca todo el alcohol que pudo haber consumido esa noche.
Se acercó con cuidado y vio que el joven no notaba su presencia. Se veía vulnerable y débil. Por lo que lo apoyó en su hombro.
—¿Te encuentras bien?
Si, quizás no fue la pregunta más inteligente que pudo haber hecho, pero ¿Era necesario hacer otra pregunta a un ebrio? Para el no.
Harry lo miró durante un instante y creyó haber estado en una especie de sueño. Uno en el que su mayor deseo se hacia realidad.
—Creo que no.
Severus asintió y lo ayudó a ponerse más derecho.
—¿Te llevo a algún lugar? —Le ofreció, sin saber aun la razón.
—Creo que mi departamento, si no es mucha molestia.
Caminaron al auto de Severus y este lo ubicó en el asiento del copiloto sin hacer demasiadas preguntas. Más bien no hizo ninguna.
Harry le indicó por donde ir y este lo hizo tranquilamente.
Severus miraba de reojo al joven y una pregunta rondó por su cabeza, hasta que no la pudo retener más.
—¿Por qué no dudaste en que te acompañara? —Le preguntó intrigado. El joven no parecía de esos que se iban con el primer extraño que le ofrecía un aventón.
—Lo conozco lo suficiente como para confiar.
La respuesta dejó un tanto sorprendido a Severus.
—¿Me conoces? ¿De donde?
—Trabajo como mensajero en Hogwarts y en unos días mas, entraré como practicante.
—Oh, así que tú eres uno de esos jovencitos que llegaran.
—Si, de hecho lo soy.
Llegaron a un departamento en la zona urbana. Severus descendió y miró alrededor. Parecía un lugar tranquilo, aunque pasaban de las dos de la mañana.
Harry miraba al hombre frente a él. Era realmente apuesto y ciertamente no entendía como no había saltado sobre él, para robarle ese beso que tantas noches llevaba deseando.
Severus volteo y vio algo en los ojos del joven que lo dejaron con la piel de gallina. ¿Qué era eso? ¿Deseo? ¿Pasión? ¿Lujuria? No estaba muy seguro, pero esa noche no era muy consiente de lo que hacía.
—¿No me invitas a pasar? —Le dijo sacándolo de su nube de sueños que parecían tenerlo a él como protagonista.
—¡Claro! —Dijo demasiado rápido para su gusto.
Subieron al departamento y empezaron a conversar junto aun baso de licor de almendra. Algo suave, pero delicioso.
Severus notó que Harry compartía mucho de sus sueños juveniles y tenía pasión en sus ideas, algo que quizás le faltó a él.
Harry se sentía demasiado cómodo como para parar el hilo de la conversación.
La música sonaba lenta en la radio que había prendido y una dulce melodía comenzaba a sonar.
Harry sintió un tirón en el estomago. Siempre le gusto esa canción y con ella fantaseaba en bailar lentamente entre los brazos del hombre, que ahora mantenía los ojos cerrados, disfrutando de la melodía.

You are my destiny
You are what you are to me
You are my happiness
That's what you are

Quería aproximarse a él, pero la cobardía era más grande. Claro, podía alegar su estado etílico, pero aun así no quería que Severus se llevara una idea errada sobre él.

You have my sweet caress
You share my loneliness
You are my dream come true
That's what you are

Estaba consiente de que el joven a su lado se removía incomodo a su lado y abrió los ojos para comprobarlo.
Estaba mirándolo fijamente y sus manos se entrelazaban una y otra vez.
Se paró sin dejar de mirarlo y se dirigió a su lado. Extendió una de sus manos y Harry la tomó automáticamente. Lo acercó a él poniendo una mano en su cintura y lentamente comenzaron a moverse.

Heaven and heaven alone
Can take your love from me
'Cause I'd be a fool
To ever leave you dear
And a fool I'd never be

Realmente esto era más de lo que podía soportar. Tenerlo así, tan cerca suyo y abrazándolo de esa manera, era algo que no podría repetirse en sus sueños, ni tratando de rememorarlo. Era algo demasiado fuerte.

You are my destiny
You share my reverie
You're more than life to me
That's what you are

Sentía su cuerpo temblar entre sus brazos y de pronto algo que no esperó, sucedió.
Harry elevó su rostro y lo besó de manera pausada. Un rose simple y sin mayores intenciones.

You are my destiny
You share my reverie
You are my happiness
That's what you are

La música terminó, pero no así su abrazo y muchísimo menos el beso que compartían y del que ahora Severus era participe.
No dijeron nada, sólo se quedaron así por un rato, hasta que el mayor anuncio que debía retirarse y se despidió del chico con un beso en la boca.
Los días pasaron con una lentitud enfermiza. Hasta que finalmente Albus golpeo su puerta.
—Severus, ¿Me harías el favor de salir un momento? —Le pidió el anciano con su tono amable de siempre.
Severus no contestó, pero salió de su oficina para seguir al viejo. Llegaron a una sala de reuniones y se encontraron en presencia de unos cuantos jóvenes.
>>Severus. Ellos son los jóvenes que realizaran su practica profesional en la empresa y espero que los puedas orientar bien —le dijo mirando a los jóvenes —Bien, él es Severus Snape y será  a quien deberán rendir cuentas.
Los chicos miraban al hombre frente a ellos. Y Severus los analizaba meticulosamente.
—No te preocupes, Albus —dijo hablando por primera vez —Yo los orientare en lo que necesiten.
Su mirada se cruzó con una esmeralda que le devolvía una sonrisa de medio lado. Oh si, claro que lo orientaría en lo que quisiera. El destino los juntó y el ayudaría a que no se separaran. 

Fin

Venganza navideña



Personajes: Tesuka /Ryoma

Genero: Romance, Humor.

Advertencia: AU (completamente)

Clasificación: R  

Disclaimers: Los personajes de Prince of Tennis no me pertenecen.

º0º0º0º0º0º

Nunca pensó que algo así podía pasarle a él.

¿Cómo llegó a prestarse para semejante estupidez? Sólo Kami podría saberlo.

¿Desde cuando Echizen Ryoma se prestaba para un acto tan bajo como pedirle algo a base del chantaje emocional?

Claro, no le había pedido nada del otro mundo, simplemente vestirse con ese estúpido traje de Santa Claus para poder distrajera los que asistirían a la celebración de navidad.

Una celebración a la que él NO quería asistir, pero como siempre, accedió a pedido del más pequeño de los seleccionados de Seigaku.

Lo vio caminar hacia él, con esa maldita sonrisa de lado que le impedía ver algo de sentimientos.

— ¿Ves que no te costo nada? — Le dijo llegando a su lado —.Es cosa de querer hacer las cosas.

¡Ese era el problema! Por mas que pataleara (Cosa que él no haría por nada del mundo), reclamara y hasta amenazara con expulsión del equipo, nunca podía decirle que no a Ryoma.

—No le veo la gracia a hacer esto —le dijo cruzando sus brazos y arreglando sus gafas que amenazaban con caerse —. No entiendo para que quieres que lo haga.

Lo vio elevar sus hombros y meter sus manos en los bolsillos, mientras miraba a todos lo que habían asistido a la reunión y que de vez en cuando le mandaban una mirada extrañada a su capitán, para luego voltearse y chismorrear algo que él no alcanzaba a escuchar. Fue entonces en que su cerebro empezó a trabajar con normalidad, rapidez y agilidad. Había caído en una trampa

>>Dime, por favor, que no apostaste esto con Momoshiro.

Ryoma le miró de lado y sonrió con picardía. ¡El maldito lo había engañado con besos y caricias para engatusarlo!

Nunca se esperó, cuando empezó su ilícita relación con el hábil muchachito, que se vería encandilado de esta manera, reduciendo a lo más mínimo su control sobre lo que pasaba a su alrededor.

—No te voy a negar que es tentadora tu teoría —le dijo con descaro, mirándolo de reojo —, pero no, simplemente es una pequeña venganza por lo de la vez pasada.

Y ahí estaba el asunto de todo. Lo recordaba claramente. Le había dicho a Ryoma que no jugaría en ese partido por que su ultima noche junto lo había dejado demasiado “adolorido”. Obviamente el chico peleó y chilló como el niño que de verdad era, pero al final tuvo que aceptar, cuando su capitán (y pareja), en un movimiento rápido, apretó su trasero y le hizo saltar ante el dolor en su parte baja.

Y ahora estaba ahí, pagando sus culpas en plena fiesta de navidad, viéndole regodearse de su habilidad ante la manipulación. Ahora, sólo podía esperar a que la tortura terminara y pudiera recibir su recompensa. Oh, por que de algo estaba seguro, Ryoma le tenía una sorpresa, y estaba seguro que esta incluía una cama, dentro de los inmobiliarios a utilizar.
 
Fin

Una vida de principio a final



Personajes: Harry Potter y Severus Snape

Advertencia: Muerte de un personaje

Genero: Romance.

Clasificación: Todo público

Disclaimers: Los personajes de Harry Potter, no son míos, pertenecen a J. K. Rowling. El tema de fondo es propiedad de Silvio Rodríguez.

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Mi infancia fue un infierno, mi vida un desastre y al parecer mi muerte lo será otro tanto.
Siempre pensé en la posibilidad de pararme frente al mundo con la cabeza en alto, pero no fue así, no logré todo lo que me propuse y sólo tengo unas horas para disfrutar lo que me queda de existencia.
Mi infancia la viví con una familia que me odiaba y desdeñaba. Nunca una caricia, nunca una palabra de apoyo, nunca nada que fuera lo suficientemente bueno como para albergarlo en algún lugar recóndito de mi alma.
Mis tíos me maltrataban, me trataban como esclavo y yo creía que estaba bien, no tenía conciencia entre bien y mal.
Mi primo era un monstruo de ojos saltones, que me intimidaban cada vez que la idea pasaba por su maquiavélica mente.

Sueño con serpientes
con serpientes de mar
con cierto mar Ay!
de serpientes, sueño yo.

Largas, transparentes
y en sus barrigas llevan
lo que puedan
arrebatarle al amor

Un día decidí que ello no era bueno, que en algún lugar del mundo debía existir algún lugar al que llamar hogar, al que me gustara llegar y al que poder admirar, pero hasta que cumplí 11 años, me di cuenta de que eso no era verdad.
Eso que llamaba hogar se vio disuelto por la presencia de un hombre que llegó a la puerta, proclamando que era el enviado para llevarme al lugar que reconocería como mi verdadero hogar, le creí.
Me llevó por calles extrañas, que sólo me perturbaban, la sonrisa en mi rostro no era más que una mascara que ocultaba mi miedo al no ver nada conocido.
Fue ahí donde lo vi, hermoso, rubio de carácter seguro e impávido. Se quedaba quieto mientras la mujer frente a él lo elogiaba por su belleza y tomando sus medidas para lo que llaman túnicas.
Me acerqué, no lo pude evitar y me habló, su voz se coló por mis oídos como dulce melodía, pero el desden en sus palabras sólo me recordó que no todo lo que brilla es oro. El ciertamente brillaba, pero no era más que el hermoso envoltorio de un relleno agrio.

¡Oh!
La mato y aparece otra mayor
¡Oh!
con mucho mas infierno
en digestión

No quepo en su boca
me trata de tragar
pero se atora
con un trébol de mi sien
creo que esta loca
le doy de masticar una paloma
y la enveneno de mi bien.

Llego al lugar prometido, que se muestra imponente y majestuoso, esta vez la sonrisa en mi cara es real, no era una persona, era un lugar. Las localidades no saben maldecir, los lugares no saben insultar, las paredes no te golpean si no eres tú, el que se estrella contra ellas.
Todo lo que viví en esos años me enseñaron algo, todo daña cuando quiere, todo rompe cuando lo pretende, todo mata si esta a su alcance.
El lugar que pensé sería mi hogar, se trasformó en mi campo de concentración, mi celda de la prisión, la guillotina de la orca.

¡Oh!
La mato y aparece una mayor
¡Oh!
con mucho mas infierno
en digestión
La mato y aparece una mayor
¡Oooooooh!

Mi deber es enfrentarme a ese hombre, ese ser maldito que condenó mi existencia sin ser cociente de ello. Quizás debió de haber llegado a terminar con su labor y me debió eliminar aquella noche que destruyó mi verdadero hogar, el único lugar que me pudo haber entregado lo que mas necesitaba, amor, confort, estabilidad.

Esta al fin me engulle
y mientras por su estomago paseo
voy pensando en que vendrá
pero se destruye
cuando llego a su estomago
y planteo con un verso una verdad


Sólo una persona estuvo a mi lado en ese arduo y sangriento camino, pero ahora yace a un lado, sin aliento y con sus ónices abiertos de par en par. Ya no hay brillo en su mirar, ya no hay pasión en sus labios, ya no hay ansiedad en su tacto.
Me giro para enfrentar a mi último oponente, el cual me desafía, no sabe que mató a la única razón que tenia para estar en pie.
Ríe en mi cara y me grita que nunca morirá si yo sigo con vida.
Una luz me rodea y lo vuelvo a ver junto a mí. Sus ojos vuelven a mostrar brillo, sus labios rojos muestran pasión y me acaricia el rostro suavemente, para demostrarme que aun sigue a mi lado.
Miro por última vez a mis amigos, que entre lágrimas que piden que no lo haga, pero ya estoy decidido. Con un cabeceo me despido y apunto con mi barita al hombre frente a mi, veo que realiza el mismo acto y se que le voy a atinar.
El rayo que salió de mi varita lo alcanzó segundos después de que el me lanzó el ataque final.
Todo se vuelve cámara lenta y veo que el relámpago de color verde no me rozará tan siquiera, por lo que, cerrando los ojos, me atravieso en su trayectoria.
No siento dolor, ni frió ni nada de lo que decían, debía sentir al momento de morir. Sólo veo luz, sólo lo veo a él, que me extiende su mano y yo con gusto la tomo.
Te acercas a mi oído y susurras suavemente.
—Todo terminó, mi amor.
Sutil y preciso, todo lo que siempre quise en sólo cuatro palabras, las que podría transformar en mi hogar. Me dan calidez, protección, fuerza. No hay mas nada que pueda pedir.
—Gracias, Sev.
Se que no necesitabas que te lo dijera, pero ahora que puedo hacerlo sin sentir culpas, lo hago. Nada perdería, ya que tengo lo que mas necesitaba, el amor de alguien que me brindara, un lugar al cual llamar hogar.

Fin 


Un cumpleaños en libertad


Personajes: Sasuke Uchiha/Naruto Uzumaki

Advertencia: AU – M-preg  - Muerte de un personaje.

Genero: Romance, Angustia.

Clasificación: todo público

Disclaimers: Los personajes de Naruto, no son míos, pertenecen a Masashi Kishimoto.

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Las noches eran cada vez más frías, cada vez más crueles, cada vez más solitarias.
Sentía su ausencia y nada en el mundo podría traerlo de vuelta, nada en este mundo lo traería con él.
El invierno era mas inhóspito que de costumbre y se quedaba viendo al horizonte, rogando al cielo, para que le entregara algo a que aferrarse.
Se había marchado hace tanto tiempo. Tantos años sin su presencia y añorando su regreso. Sabía que debía ser fuerte, pero era demasiado difícil.
Cada vez que lo veía, algo en el se rompía.
La única luz de sus ojos, la única persona que en algún momento podría ser capaz de entender lo que estaba sufriendo, por que solamente él podría comprender la vida sin la persona que le dio la vida.
Taku.
Su Taku, su lindo e inocente hijo. Ajeno a los dolores de su papito. Ajeno a la maldad de la gente.
Recordaba claramente cuando todo empezó, cuando empezó su tormento y su felicidad. Cuando empezó su martirio, su agonía, su paz y prosperidad. Eran tantas sensaciones al mismo tiempo, que se le hacia imposible respirar a veces.

Habían pasado tres años desde que Sasuke se había ido con Orochimaru. Tres años en los que Naruto no había dejado de buscarlo. Algo lo impulsaba a seguir adelante, un sentimiento prohibido, pero que día a día le daba mas fuerzas para seguir adelante.
Se había levantado con ánimos y nada lo podía calmar, sabia que algo bueno iba a acontecer y necesitaba estar lo mas preparado posible.
Salio a la calle y corrió para internarse en los bosques de la aldea. Tenía que seguir adelante, correr, arrasar con el viento, pasar inadvertido por el sol. Todo para tener una respuesta a sus inquietudes.
Llegó casi al limite de la nación del fuego, ya había oscurecido hacía mucho rato y la luna se asomaba en las alturas y dejaba resplandecer las estrellas a su alrededor.
Sintió alguien acercarse y se puso en posición de batalla. Sabía que una persona se escondía entre los árboles, pero no le daría la oportunidad de sorprenderlo.
Unas  ramas se rompieron a sus espaldas y supo enseguida que alguien lo observaba por atrás, pero no sabia cuantos eran, por lo que prefirió evitar un primer contacto visual. Se giraba de un lado al otro tratando de descubrir de quien se trataba.
Hasta que un kunai se posó sobre su cuello, dejándolo inmóvil en el acto.
Sintió como esa persona se acercaba cada vez más e indisputablemente ya estaba comenzado a preocuparse.
Tanto tiempo sin verte… Naruto si antes estaba aterrado, ahora no sabía que era lo que estaba sintiendo.
Se separó lentamente de la persona que ya no lo tenía amenazado y poco a poco fue girando para comprobar sus sospechas.
Sasuke exclamó en un susurro.
Ciertamente nunca se esperó encontrarlo en ese lugar, pero algo en su interior se removió cuando lo pudo apreciar mejor. Estaba más alto que la última vez que lo había visto. Cabello negro azulado, sin dejar nunca su eterno peinado. Las ropas que llevaba pertenecían a las que adoptó cuando se había ido con Orochimaru. Su piel se veía tersa  y clara. Todo en conjunto le gusto.
¿No me dirás nada mas? Interrogó el moreno, mientras se iba acercando lentamente al rubio.
Naruto había cambiado, si, pero no a grandes rangos. Su cabello seguía teniendo ese hermoso color dorado que iluminaba todos los lugares por donde pasaba. Su estatura estaba bien, ni tan alto, ni tan bajo. Y sus ojos, solo un ángel podría tener ese color de ojos tan hermoso. Un azul que irradiaba pureza y alegría.
—¿Qué haces aquí, Sasuke? Le interrogó, viendo como el Uchiha se iba acercando cada vez más y él ni siquiera había sido capaz de despegar un pie del piso.
Te vi salir de la aldea y te seguí le confirmó hasta que estuvo a un palmo de distancia del kitsune.
¿Por qué me seguiste? Le preguntó, su mirada se había perdido en los negros pozos de Sasuke.
Quería saber a quien querías ver con tanto ahínco, que ni siquiera pediste autorización para salir le dijo mientras tomaba a un desprevenido rubio por la cintura.
¿Q-Qué haces? Se había tensado al máximo al sentir la cercanía del otro y no pudo reprimir el gemido que salió de sus labios, cuando Sasuke posó su boca, en su cuello.
No sabes que es peligroso salir así para ti atrajo el cuerpo mas a si, para poder sentir lo que siempre quiso sentir desde que había conocido al rubio Akatsuki va tras de ti y tú sólo sales, sin ninguna compañía siguió besando su cuello y fue subiendo poco a poco, para llegar a su oído y morder suavemente, su lóbulo.
No… no hagas eso dijo inconscientemente. Su cuerpo ardía y sabía que Sasuke lo podía percibir, pero ¿Que podía hacer? estaba sumamente cómodo en esa posición.
Lo siento, pero esta noche quiero hacerte mío, Naruto le susurró, mientras se alejaba un poco al ver la expresión en el rostro del menor No te voy a obligar, pero quiero que me pertenezcas de todas las formas posibles el tono posesivo con que lo dijo, no dejaba mucho a la meditación.
Naruto lo miró extrañado, sabía en algo, lo que quería decir el moreno, pero no sabía como hacerlo.
Sasuke se aproximó a sus labios  y lo besó por segunda vez. La primera había sido en la academia de ninjas y había sido un topón accidental, pero esta vez era diferente, podía sentir como pasaba la lengua por sus labios, logrando que los gemidos hicieran abrir su boca. Momento que no desaprovechó el moreno para introducir su lengua hábilmente.
Fue recostándolo en el árbol que estaba tras el rubio y se dejaron caer lentamente.
La noche la pasaron juntos, entregándose abiertamente a la oleada de sensaciones que sentían.
Palabras de amor que susurraron al viento y dejaron correr por los cielos. Único testigo de su amor.
El tiempo pasó y sus encuentros secretos  siguieron llevándose a cabo.
La gente no sabía, la gente era estúpida y no notaba su alegría, los que pensó eran sus amigos no notaron cambios en su humor, ese humor que cambió luego de que volviera a ver a Sasuke.
Hasta que una noche pasó.
Sasuke vino a su encuentro, pero al verlo centró su vista en su cuerpo y se alejo. Se fue dejándolo solo en medio del bosque. Sin explicación alguna, sin palabras de amor, sin señales de alegría, esa que algunas veces veía reflejado en su rostro.
Volvió a la aldea, con mil ideas en la cabeza, con mil asuntos que resolver, con mil preguntas torturándolo minuto a minuto.
La gente ya no le importaba, sus amigos ya no le importaban. Tsunade dejó de parecerle esa mujer increíble que lo quería como un hijo. Kakashi ya no lo molestaba con sus idioteces. Nada lo hacia reaccionar y era por que le faltaba él. Sasuke había vuelto a desaparecer y esta vez ni siquiera hubo un adiós.
Las semanas subsiguientes pasaron horriblemente lentas para Naruto. No tenia ánimos de comer, pero cuando se obligaba a si mismo a hacerlo terminaba devolviéndolo todo por el esfuerzo.
Tsunade decidió enviarlo en una misión, para que despejara un poco la mente. Lo envió, junto a su equipo, es decir Kakashi, Sakura y Sai, a una misión en Suna. Quizás pasar unos días fuera de la aldea lo ayudaran a reponerse de su agotamiento, tanto físico, como mental.
En solo una semana ya venían de regreso a Konoha. La misión ya había terminado hace tres días, pero habían decidido quedarse un poco mas, solo para hacer frente los ánimos del rubio.
Cuando estaban a punto de llegar a las puertas de la aldea, vieron un  gran tumulto de gente aglomerada. Había aldeanos comunes y corrientes, además de ninjas de diferentes categorías. Parecían estar alterados, diciendo cosas como va a morir, no resistirá, pobre alma.
Se acercaron a ver lo que estaba pasando y con horror vieron a la Hokage en el suelo. Arrodillada frente al cuerpo de un individuo.
Naruto sintió que se le congelaba cada fibra de su piel.
¡Sasuke! Corrió abriéndose paso entre la gente y llegó atropelladamente junto al moreno. Tomó su cabeza y la apoyó en su regazo, cuidadosamente.
Llegaste a tiempo… Naruto le dijo casi sin aliento. La sangre emanaba por casi cada parte de su cuerpo. Cosa que angustió al rubio.
Calma, Sasuke le pidió aguantando las ganas de llorar que tenía ¡Tsunade! Llamó a la mujer para que se acercara a revisarlo, pero la mujer no se movió ¡Ayúdalo! Le exigió, pero la mujer negó con la cabeza.
No hay nada que yo pueda hacer, Naruto le dijo soltando las lágrimas que bajaban por sus mejillas.
¿Cómo que no hay nada? Le preguntó, pero impotente vio que la mujer, solo negaba con la cabeza Sasuke… resiste un poco le pidió mirándolo a los ojos, ojos que casi ya no tenían luz, pero el moreno no respondió ¡Sasuke, resiste! Le rogó, dejando caer las lágrimas que ya no podía aguantar.
Naruto dijo con esfuerzo. El mismo esfuerzo que empleó para levantar la mano y que el rubio la tomara debes ser fuerte comenzó a hablar.
La gente alrededor, no podía evitar la emoción, al ver como dos amigos se despedían por  última vez.
Sakura se fue a acercar, pero Kakashi la detuvo por un hombro y Sai por el otro. Miró a los dos con interrogación, mas ambos solo negaron con la cabeza y miraron al frente. La pelirosa no pudo hacer más que llorar por la escena que presenciaba. Sasuke, el amor de su vida, estaba apunto de morir y nadie podía hacer nada.
Ya le dije a Tsunade… que debes quedarte… en el complejo Uchiha le costaba cada vez mas poder hablar.
Shuu… no hables, por favor, no digas nada le suplicó.
Una exclamación se sintió en el aire, cuando Naruto descendió su rostro y le dio un suave beso en los labios al moreno. La gente quedo impactada.
Tsunade se mantenía arrodillada junto a los jóvenes y lloraba en silencio, mientras apretaba sus puños hasta el punto de dejarlos blancos. Le dolía saber el destino del rubio, solo, a los diecisiete, y con el corazón roto, por la muerte de su amor. Sabía perfectamente lo que se sentía, ella misma lo había vivido.
Sakura estaba estupefacta… nunca en su vida se imaginó que algo así podría pasar. Sasuke y Naruto se amaban, ellos se querían más que como hermanos, más que como compañeros y ella no entraba en ese cuadro. Ahora su dolor se evocaba a ellos. La muerte de Sasuke le dolería, pero no tanto como a Naruto, que al parecer era el receptor del amor del moreno.
Sasuke lo llamó al ver que no respondió al beso Sasuke su voz sonaba cada vez mas angustiosa.
Te amo… eso fue lo último que le dijo. Lo último que salio de los labios de Sasuke Uchiha.
Naruto aguantó la respiración y abrió y cerró su boca tratando de decir algo, pero nada le salió. Abrazó el cuerpo del moreno y comenzó a mecerse, sintiendo la desesperación que ahora no lo dejaba hablar. Hasta que finalmente todo eso salió.
¡Sasuke! Un grito agónico, que le heló la sangre a todo el mundo ¡Sasuke! Repetía una y otra vez. Tratando de traerlo de vuelta.
Tsunade se apresuró a abrazarlo, pero el rubio no se dejaba, solo podía abrazar el cuerpo de su amado.
>>¡¿Por qué?! Gritó al cielo, como pidiendo una respuesta desde las alturas. Todo giraba a su alrededor y sentía que podría morir en ese mismo instante e irse con su amado ¿Qué pasó, Tsunade? Le exigió con los ojos bañados en lágrimas ¿Quién lo mató? Dime quien lo hizo… para destrozarlo le  repetía apretando los ojos, que no dejaban de dejar caer las lágrimas.
No hay nada que vengar, mi niño le dijo atrayéndolo por fin hacia su lado. Vio que aun así, el rubio no soltaba el cuerpo del moreno Sasuke lo hizo por ustedes, mi niño le dijo acunándolo, dejando que el rubio dejara salir todo el dolor que tenía adentro.
¿Y por qué me dejó solo de nuevo? Preguntó entre hipidos ¿Por qué, si sólo lo tenía a él? Le preguntó tratando de respirar.
Sasuke mató a aquellos que iban tras de ti le empezó a decir luchó contra Orochimaru y lo mató le dijo un poco angustiada, sabía que el hombre era una amenaza, pero aun así, fue su compañero de equipo derrotó a todos los Akatsuki que quedaban, pero fue mucho para él le informó.
Pero por que no me pidió ayuda… quizás ahora no estaría muerto… o por lo menos yo también estaría muerto dijo al aire, con la mirada perdida y solo hipando a destiempo.
No digas eso… él lo hizo por ti… para que fueras libre le trató de decir, pero el rubio la interrumpió.
¡De que me sirve ser libre! Gritó con dolor ¡De que me sirve si no lo tengo a mi lado! nadie parecía entenderlo.
Tienes que calmarte, Naruto le dijo tomando aire para decir lo que seguía Naruto, Sasuke me dijo, que todo lo que hizo, fue por que hace unas semanas, el último día que te vio, se dio cuenta de que necesitaba que estuvieras a salvo… que nadie perturbara tu vida lo abrazó contra su pecho, lo mas fuerte que pudo, sin llegar a lastimarlo estas embarazado le habló calmadamente Sasuke hizo todo, para que fueras libre, para que nada amenazara tu vida y la de su hijo terminó de hablar.

Las cosas siguieron su curso. Realmente le costó mucho entender como Sasuke había planeado todo desde que lo vio la última vez.
Ahora vive en el complejo. Junto a su hijo eran los herederos de la fortuna Uchiha y todo lo que les pertenecía, de todas maneras, ahora seria Taku, el que continuara con la línea sucesoria de los portadores del Sharingan.
—Otto-chan —habló una fina voz a sus espaldas.
Lentamente se giró, luego de secar sus lágrimas. Aquellas que salían cada vez que recordaba el día en que Sasuke partió de sus vidas.
Miró a su hijo y le sonrió, mientras se agachaba y extendía los brazos para recibirlo.
El niño corrió y se apresuró a abrazar a su papá.
Naruto solo podía mirarlo. Taku tenia tres años, pero aun ahora, era el vivo retrato de Sasuke, su eterno karma, por que ni un rastro venia a relucir su sangre Uzumaki, pero aun así era lo que mas amaba en la vida.
Por que sabía que seria su único hijo, nunca podría estar con nadie que no fuera Sasuke y no podía dejarse morir ahora, por que su angelito aun lo necesitaba.
Tendría que aguantar hasta que su momento le llegara y poder reunirse con su amado.
>>Otto-san —lo llamó su bebé. Mientras le extendía un dibujo —Otanjoubi Omedeto —le dijo emocionado.
Sonrió al ver el dibujo.
Siempre que Taku dibujaba, realizaba los mismos trazados. Unos palitos amarillos que eran él, junto a unos palitos negros mas chiquitos que eran la simulación de un bebé Taku y otro montón de palitos de color negro, pero mas grandes que eran su difunto padre, Sasuke.
Una vez le preguntó quien le había dicho que eran así y le respondió que toda la gente decía que era igual que él, pero en grande. Le dijo que le hacia ese dibujo, por que siempre sonreía.
Besó en la mejilla a su hijo y se dispuso a preparar la comida para los dos y así celebrar su cumpleaños, solo con su hijo, pero tranquilo, un cumpleaños en compañía y como hace tres años, gracias a Sasuke, un cumpleaños en libertad. 

Fin 


Tu casa es casa de locos


Personajes: Itachi/Deidara (mención de Sasuke/Naruto)

Advertencia: AU – Lemon – M-preg

Genero: Romance, Humor

Clasificación: NC-17

Disclaimers: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Kishimoto-sama. El tema de fondo tampoco. Es de Ricardo Arjona.

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Maldita, maldita, mil veces maldita mi suerte.
¿Por que esto tiene que ser tan complicado?
Soy estudiante de una ilustre universidad. Tengo los mejores puntajes en toda la institución, un currículo excelente para la edad que tengo, 25 años, soy bastante bueno. Tengo buen porte, la piel clara, el cabello negro al igual que mis ojos, unas ojeras que según muchos me hacen ver sexy y misterioso (por no decir mucho) Lo que me acarrea tener a mucha gente detrás de mí, tanto chicas como chicos, pero ese no es el problema, si no que tengo un hermoso novio. A mi parecer, un verdadero ángel.
Su nombre es Deidara. Tiene el cabello rubio largo hasta casi rozar el trasero (que de por si ya lo tiene bastante bueno) siempre lo tiene tomado en media cola y deja que un extremo caiga sobre sus ojo izquierdo. De echo sus ojos, esos ojos son lo primero que llamo mi atención. Son tan hermosos como el firmamento en verano, unas joyas para mí. Tiene un cuerpo delgado y es un poco mas bajo que yo... por lo que llama la atención por donde pasa y yo tengo que estar espantando la sarta de buitres que osan en acercarse. Con solo una mirada mía ya está tres metros bajo tierra.
¿Que?
Tengo que proteger lo que es de mi propiedad. Si, por que Dei-chan es de mi propiedad desde el momento en que Itachi Uchiha puso sus ojos en el. 
Para cualquier persona que nos viera caminando por la calle tomados de la mano o abrasados a la orilla del lago que esta cerca de la universidad, pensaría que somos la pareja más feliz del mundo... pero todo tiene su pero.
Todo estaba bien hasta que a mi estúpido hermanito le dio por salir con el "hermanito" de mi Dei-chan, pero como no todo lo que brilla es oro, mi queridísimo e idiota aniki dejó en cinta a Naruto, el hermano menor de Deidara y como toda familia de buena clase, por que si tenían muy buena clase, tuvieron que casarse antes de que naciera la criatura. Y a mi, como vivía solo con mi hermano, me invitaron a vivir con ellos a su pequeña mansión tipo castillo, por que lo que tenían no se podía comparar con ninguna de las mansiones vecinales.
Y ahí justo ahí empezó mi martirio, por que para mas remate los padres y familiares de mi Dei-chan no tenían idea de que su angelical retoño tenía como koi a su concuñado. De hecho, bastante creo que soportaron sus padres cuanto se enteraron de lo de su hijo menor, ya que solo tiene 16 año, como para mas encima que  su otro bebé, ya que Deidara solo tiene 17, estuviera con alguien que no fuera de su edad, ya que nos separan como 8 años...  

Ya no puedo seguir aguantando tanto
A la infame de tu abuela y
A tu viejo que es un espanto
A tu madre y su comida francesa
Que en vez de hambre me da tristeza

Su padre, yo creo que me medio quiere,  claro que no pierde oportunidad de decirme o mas bien sacarme en cara lo irresponsable que fue Sasuke al no cuidarse. Normalmente terminamos discutiendo, por que yo le devuelvo el comentario aduciendo el hecho de la crianza de Naruto, donde normalmente interviene Súper-Tsunade,  la abuela de mi koi, diciendo alguna estupidez sobre la juventud de hoy. Hasta que interviene su madre, que no es mala mujer, por que es dulce y cariñosa. De hecho, de hay creo que saco Mi Dei-chan su ternura cautivarte. Yo creo que su único defecto es lo Bien que cocina, nótese la ironía, cuando le da por meterse a la cocina a prepararnos lo que ella llama "una receta con todo su amor".   

Ya no puedo seguir realmente estoy arto
Darte un beso o acariciarte en casa
Resulta más difícil que un parto
Y mi economía ya no soporta
Tanto soborno para el idiota de tu hermanito

Todavía recuerdo cuando tu querido hermano nos descubrió en tu pieza.
Yo realmente estaba muy encendido ese día y no iba a dejar que te escaparas tan fácilmente.
Te llamé luego de que nos levantamos de la mesa con el pretexto que te estaba ayudando con los estudios para los exámenes de ingreso a la universidad... si claro... tenia toda la intención de enseñarte, obviamente que nos íbamos a concentrar en todo lo que fuera la fisonomía humana. Íbamos hacia tu alcoba. Tú ibas adelante mío, mis ojos de pronto se fueros más y más abajo y sentí que mi auto control se fue a pique. Te tomé de la cintura y te acerqué a mí en forma violenta. Tú solo reíste muy bajito, como si te hubieras adelantado a propósito para provocarme...
Ahora ya era demasiado tarde.
Llegamos a tu pieza en medio de furiosos besos y caricias desenfrenadas. Te arrojé a la calma y me coloqué sobre ti sin dejar de besarte. Ya había aguantado demasiado.
Tus padre siempre entraban al salón cuando a mi se me ocurría tratar de tocar tan siquiera un trocito de tu piel, pero ahora no había nadie cerca que nos interrumpiera y yo iba a aprovechar eso.  
Te fui desnudando casi con desesperación, al igual que tú lo hacías, dejé de besar tus labios para bajar poco a poco por tu cuello. Llegue a tu pecho donde me dedique a lamer con impaciencia tus pezones que se erguían en tu hermoso cuerpo. Mis manos, nada perezosas, ya habían acabado con la extenuante tarea de desnudarte por completo.
Te besé nuevamente los labios he hice rozar a propósito nuestros miembros ya erguidos. Dejaste escapar un suspiro que me supo a gloria y seguí con esa tarea hasta que me levante un poco para verte.
Te veías realmente hermoso sonrojado, excitado al limite igual que yo así que no dude ni un instante me posicione entre tus piernas, tú las pusiste alrededor de mis caderas para dar mas agarre. Ya sabias lo que venía y el ver que cooperabas me excitaba aun más.
Te tomé de la cintura e hice que te sentaras sobre mis piernas.
Lentamente fui invadiendo tu entrada con mi miembro.
Tus ojos se veían vidrioso y una insolente lagrima descendió por tus hermosos ojos... no quería lastimarte y a mi desgracia trate de salir para no hacerte daño, a lo que tu respondiste tomando mis hombros haciéndome caer de espalda.
Te miré con cara de ¿Qué haces? a lo que tú solo sonreíste y te auto penetraste sentándote fuertemente sobre mi miembro.
Ahogamos un grito de placer en un beso demandante.
Te separaste de mi y hay vi cuan hermoso te podías ver cabalgando sobre mi.
Las embestidas eran cada vez más fuertes y rápidas. Tus gemidos me llevaban a la gloria hasta que llegamos al clímax al mismo tiempo. Tú sobre nuestros cuerpos y yo en tu interior.
Me besaste nuevamente y fue entonces cuando giré mi vista por primera vez en la puerta.
Muy apoyado se encontraba tu hermano, con una cara de satisfacción que me decía que lo había presenciado todo.
Tú no te diste cuenta, ya que te encontrabas sobre mí, jadeando de cansancio y al borde de un sueño reparador.
Tú hermanito se fue, no sin antes cerrar la puerta.
Desde entonces cada ves que él quiere algo que mi hermano no quiere hacer o comprarle, me mira y yo automáticamente correspondo de mala gana, interviniendo y en muchas ocasiones cumpliendo yo con sus pequeños antojos que ya me están dejando en la banca rota.
Tú me miras y me preguntas por que lo hago.
Yo solo te respondo que es por que esta delicado por su embarazo, solo por ocultarte la verdad para protegerte de la vergüenza que sufrirías si lo superas.                                 

Y tu tía que presume de pura
No hace más que enseñarme las piernas
Y guiñarme el ojo
Tu casa es casa de locos
Y tu también otro poco
Por seguir allí y no venirte aquí conmigo
Por eso me vine a mi casa
Pues prefiero extrañarte que poner un pie en la tuya
Tu casa es casa de locos
Y tu también otro poco por seguir allí
Y no venirte aquí conmigo

No te puedes ni imaginar cuanto te amo, pero yo creo que todo tiene su límite y yo ya estaba llegando al mío y ahora, para agregarle más sabor a la cosa, tuvo que llegar tu tía Sakura.
Cuando la conocí no me pareció mala persona, pero cuándo vi que prácticamente se me ofrecía en bandeja, pensé que las cosas no podían caer mas bajo. Claro, la dulce señora también se le insinuaba descaradamente a mi hermano, pero este solo le daba una de sus miradas y ella salía despavorida. Luego se me acercaba a mi y me miraba con ojos que me desnudaban prácticamente... aun no entiendo como no te dabas cuenta, si hasta tu madre le decía "hermana no pongas nervioso a Ita-chan" a lo que ella me miraba y me decía "no entiendo como no tienes novia si eres tan encantador" yo sinceramente le iba a decir que eras Tú mi novio, pero prefería no hacer más problemas y trataba de ignorarla. Hasta el día en que me cansé de toda esta situación y te enfrente diciéndote que no aguantaba más y que me iba, haya tu, si me seguías pero yo no iba seguir con el juego de aguanto a tu familia por que te amo... 

Ayer tocaron mi puerta y eras tu con tu maleta
Bajo el brazo y en francés un viejo libro de receta
Y te abrase pero comprendí
Que se repartiría la misma historia
Ahora en mi banqueta...

Pasaron como dos semanas en que casi no te veía. O sea, tú creías que no te veía, pero te observaba desde la esquina de tu instituto y te seguía para que llegaras bien a tu casa. Te veías triste trataba de contener mis fuerzas de salir corriendo y tomarte entre mis brazos cada vez que veía que salía alguna gota salada de tus hermosos ojos, pero me contenía, yo ya me había decidido a irme a tu casa cuando lo hice, ahora quería saber si tú eras caspas de hacer lo mismo por mí.
De pronto me encontraba en mi casa leyendo uno de los tantos libros que tenia que leer cuando solo el teléfono, era Naruto que me decía que habías desaparecido hace más de cuatro horas y nadie sabía donde estabas, que tú solo habías dicho que irías al medico y cuando volviste te fuiste a tu recamara y saliste desde entonces estaban todos muy preocupados.
Yo me desespere. Me comencé a culpar si algo te pasaba. Y era por mi culpa. Yo me moría.
De pronto el timbre de la casa sonó. Corrí a la puerta y allí estabas tú, con una sonrisa que podía despejar cualquier tormenta.
No me dijiste nada, solo me acercaste una carta, la tome entre mis manos y comencé a leer.
Mi vista viajo por todas partes de la hoja, sin comprender nada. Hasta que mis ojos se detuvieron en una insignificante frase:
"Tez de embarazo positivo".
Creí que me iba a dar un ataque.
Te mire preguntando si era lo que imaginaba, a lo que solo respondiste con un tierno beso en mis labios.
Estaba demasiado feliz. La dicha no me caía en el pecho.
Te besé de una manera que creo que nunca te había besado. Te separé de mí y te tomé de la mano. Cerré la puerta y nos dirigimos a tu casa, donde hable con tus padres y pedí tu mano.
Tu madre me sonrió dulcemente como si lo hubiese sabido.
Tu padre y tu abuela comenzaron a gritarme
"que era un irresponsable"...
"que la juventud de hoy"
Y otra sarta de estupideces, hasta que se calmaron y aceptaron el hecho de que con su consentimiento o sin el, yo me casaría contigo de todas maneras.
Paso el tiempo y acabas de dar a luz.
Mi hija es realmente hermosa.
Salio muy parecida a ti, pero tiene mis ojos y al parecer mi carácter por que es muy tranquilla.
Lastima que las cosas no cambiaron mucho.
Nos cambiamos de casa a una que quedaba mas cerca de las de tus padres, para que ellos te pudieran cuidar mientras yo me encargaba de los negocios de mi familia.
Tu madre y tu hermano prácticamente vivían en nuestra casa, solo le faltaba que se trajeran sus cosas y se instalaran.
El fin de semana llegó, y con ellos tu familia a celebrar el nacimiento de Yuna.
Se encuentran todos, tu encantadora abuela y tu sabio padre que no paran de molestarme, Naruto que ya no tiene como chantajearme junto con Sasuke y Daijirou, su hijo. Tu madre que no deja de traernos sus ricos platillos cada vez que puede...
Si, esta es mi casa, es tu casa,"es tu casa de locos"... nuestra casa al fin y al cavo.

Fin

Todo lo que hago, lo hago por ti



Parejas: Sai - Gaara

Categoría: Romance.

Advertencia: Lemon – M-preg.

Clasificación: NC-17

Disclaimers: Los personajes de este fic no me pertenecen, la música de fondo tampoco, solo los ocupo por que mi mente atrofiada aun no sabe hacer originales.

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Sonrió al ver como se divertían y parecían dos niños de la misma edad.  

—¡Otto-chan! —Gritó el niño corriendo a su encuentro, seguido del moreno.  

—¿Como estas, Nero? —Le dijo besándolo en la mejilla, mientras lo cargaba.  

El niño era realmente hermoso. Tenía los ojos de color agua marina como él y el cabello negro como su Otto-san  

—¿Mucho trabajo hoy? —Le dijo el hombre al llegar a su lado y abrazándolo por la cintura, para luego besarlo en la boca, de manera intensa como siempre.  

—Sai —le advirtió, al sentir las risitas de los niños que estaban cerca y lo miraban.  

—¡Oh lo lamento tanto, Kazekage-sama! —dijo con falso arrepentimiento, logrando que su hijo se riera en brazos de Gaara.  

—Baka —le dijo caminando en dirección a la casa, mientras el otro sólo le guiñaba un ojo a su hijo que seguía riendo de las locuras de su padre.  

Llegaron a la casa y Gaara acostó al niño en su cama para que durmiera. Luego se dirigió a su recamara donde el moreno lo esperaba.  

Lo vio mirando por la ventana y la luz de la luna lo bañaba por completo.  

—¿Cuándo debes volver? —Le preguntó cuando se sentó a la orilla de la cama.  

Sai se giro y lo miró.  

Hace unos días recibió un comunicado de Konoha en la que le decían que debía volver para presentarse ante el nuevo Hokage. Naruto fue nombrado 7º Hokage y él debía estar allí, ya que su condición de ANBU se lo obligaba, aunque la 5º Hokage le hubiera dado como misión, el mantener los lazos con Suna y él encantado de la vida lo hizo, así tendría mas tiempo para poder conquistar el esquivo corazón del pelirrojo líder de la aldea.  

Gaara no se dejó manejar fácilmente, de hecho le tomó casi dos meses al moreno para que el Kazekage se dejara besar por primera vez y de eso ya hacían cuatro años. Ahora Gaara tenía 20 años y su hijo Nero tenía dos años.  

Había sido un espectáculo el enterarse del embarazo del pelirrojo, tomando en cuenta que este no tenía idea de que tenía esa capacidad. Fue Tsunade-sama quien lo diagnostico como hermafrodita y por esa razón su cuerpo podía generar lo que necesitara para gestar.  

Temari había puesto el grito en el cielo y los había obligado a casarse antes del que el embarazo se notara y ellos no tuvieron problema. Gaara cumplía con las leyes y a Sai no le importaba nada, siempre y cuando pudiera estar con su pelirroja obsesión.  

—Tendré que partir mañana al mediodía y si las cosas van bien, estaré de vuelta en una semana —le dijo llegando a la cama  y guiándolo hasta la cabecera para poder reposar los dos contra esta.

Mira mis ojos y veras
Que siento por ti.
Explora en tu ser
Me hallaras no buscaras mas.

Sai besó los labios de su esposo, sabía lo mucho que le molestaba al chico, el que se tuviera que separar de ellos, aunque nunca lo dijera.  

Fue posándose lentamente sobre el sin dejar nunca de besarlo y poco a poco fue quitándole sus ropas.  

Gaara no se mantendría quieto, por lo que optó por sentarse en la cama para poder empezar a desnudas al moreno, quien recorría con sus blancas manos su cuerpo.  

Dime que sientes mi calor
Y que corresponderás mi amor.
Sabes que si
Todo lo que hago, lo hago por ti.

Se amaban y no necesitaban palabras para demostrarlo. Había veces en que sólo se conformaban con estar uno cerca del otro, pero en ocasiones como la de ahora, necesitaban demostrarse que a pesar de que se separarían por un tiempo corto, requerían del calor del cuerpo amado.  

Mira mis ojos y sabrás
Que nada te ocultan
Se acabo tu vez, tómame
Quisiera poder, poderte lograr
Dime que sientes mi calor
Nada quiero mas que tu amor.
Sabes que si
Todo lo que hago, lo hago por ti

Sai fue entrando en el cuerpo de su esposo de manera lenta, para sentir cada centímetro de él. Gaara se agarraban de las sabanas, mientras su espalda se arqueaba ante el placer de sentirlo dentro. Las embestidas llegaron luego de unos segundos, para dar paso a una danza demoníaca que los llevaba a la locura.

No hay amor como tu
Y otro que te ame así
No hay lugar si tu no estas
Donde quisiera estar.

Cuando llegaron al clímax lo hicieron pronunciando el nombre del otro, sin intimidarse con que alguien los pudiera escuchar, ya problema del que los escuchara, tenían que estar acostumbrados a sus demostraciones de amor.  

Descansaban uno al lado del otro, sin importarles nada, sólo sintiéndose unidos en un íntimo abrazo y un recogedor silencio, que sólo era perturbado por el ruido de sus respiraciones acompasándose lentamente.  
—Volveré, no te preocupes demasiado —le dijo Sai besando su frente y apoyando la cabeza del pelirrojo en su pecho.

—Se que volverás, pero quiero que sea en una pieza —le dijo en tono tranquilo, pero en realidad le aterraba que algo le fuera a pasar, más que mal, era su pareja, el padre de su hijo y el que le enseñó le significado de su tatuaje.  

Luchar por ti, sufrir por ti
Morir así, morir por ti.
Sabes que si
Todo lo que hago, lo hago por ti.

Sólo les esperaba esperar a que el sol del día siguiente los despertara y que sus corazones aguantaran su pequeña separación.   

Uno volvería a sus misiones por un corto tiempo y el otro seguiría con su deber de líder, pero su amor los mantendría en pie y esperando que volvieran a estar a estar juntos.   


Fin


El beso


Personajes: Draco Malfoy/ Harry Potter

Genero: Romance, Humor

Advertencia: AU

Clasificación: General          

Disclaimers: Los personajes de Harry Potter, no son míos, pertenecen a J. K. Rowling.

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Harry miró de frente a ese rubio del demonio. Claro que le había gritado que era un cobarde, pero tenía que admitir que lo dijo en un momento de ira.

Ahora lo tenía prácticamente empotrado contra la muralla del baño del tercer piso. Tenía la verita en su cuello y casi podía sentir la respiración del rubio contra sus mejillas.

—No debiste decirme cobarde, Potter.

—Mal… Malfoy.

—Silencio — le dijo con voz firme — ¿Sabes que no puedes librarte de mi si dices algo como eso?

—Yo… no —Demonios ¡Él no era un cobarde! ¿Por qué demonios no le podía hacer frente a ese pretencioso?

—Tú harás lo que yo diga —le exigió y se acercó a us boca.

— ¿Qué… demonios?

—Calladito, te vez más bonito — y sin más lo besó. Con gula, con pasión.

Harry sintió como si se derritiera. No lo esperaba y nunca se imagino que Draco lo haría.

Cuando el beso terminó no era capas de decir nada.  Draco tenía una sonrisa de lado y lo sostuvo por la cintura ya que parecía que sus pies no le sostendrían. Luego le habló sensualmente al oído.

—Harás todo lo que diga, ¿Verdad, Harry?

Y Harry asintió. ¿Qué más podía hacer cuando el rubio lo volea a besar de manera hambrienta? Definitivamente, Draco no tenía una gota de cobardía.

Fin

Venganza


Personajes: Draco Malfoy/ Harry Potter

Genero: Romance, Humor

Advertencia: AU

Clasificación: General          

Disclaimers: Los personajes de Harry Potter, no son míos, pertenecen a J. K. Rowling.

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— ¡Esto es inaudito, Potter y Weasley! —La voz de  Snape retumbaba en los pasillos de y todos los alumnos se habían girado y haciendo un circulo alrededor de ellos — ¡No puedo creer que sean tan imbéciles como para que atacaran a un profesor!

— ¡Pero nosotros no hicimos nada!

— ¡Silencio, Weasley!

Harry estaba seguro que Snape se estaba conteniendo como para no atacar a su amigo.

Él sabía que no habían hecho nada, pero no tenía como comprobárselo a Snape. Ellos simplemente iban caminando por el pasillo, cuando Snape venia de frente a ellos. De un momento al otro, justo cuando ellos ya habían pasado de Snape, al profesor le cayó un cubo de agua fría. El maldito líquido había mojado por completo a su profesor de pociones.

Fue entonces en que lo vio. Su amante estaba mirándolo desde una esquina, oculto de los demás alumnos y estaba cruzado de brazos y mirándolo con sorna.

¡Draco había sido!

Claro. Él sabía que había hecho todo eso, y para la maldita suerte de Harry, sabía perfectamente por que.

Había pasado hace un par de días. Habían quedado de juntarse en un pasillo a la media noche, pero a Harry se le paso la hora entrenando y luego se quedo jugando ajedrez con Ron. Para cuando Harry se dio cuenta ya eran las dos de la mañana.

Al otro día le trató de explicar a su amante el por que de su falta, pero fue para peor. Y Harry sabía que Draco se vengaría.

— ¡Detención por un mes!

Oh, si. Draco sabía perfectamente como vengarse de él.

Fin

Prefecto


Personajes: Draco Malfoy/ Harry Potter

Genero: Romance, Humor

Advertencia: AU

Clasificación: General          

Disclaimers: Los personajes de Harry Potter, no son míos, pertenecen a J. K. Rowling.

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— ¡Esto tiene que ser una broma!

Harry sonrió un poco apenado por la reacción de su novio. Claro, sólo a Draco le podía molestar un detalle tan nimio como ese.

—Draco, baja un poco la voz —le pidió apenado. Tomando en cuenta que estaban en medio del pasillo principal de Hogwarts.

— ¡Si quiero no me callo! —Claro, a Draco le importaba un pepino una cosa como esa — ¡¿Por qué demonios te eligieron como prefecto a ti y no a mí?!

— ¿Por que quizás lo merezca? —Esta vez lo dijo un poco molesta —mira, Draco, no es algo que yo decida.

Draco no lo miró con buena cara, de hecho, casi lo congela con esos dos témpanos de hielo que tenía como ojos. Luego de eso se fue por el pasillo, casi votando a un chico de primero que pasaba por allí

—Parece que el Huron se enojó.

— ¿Tu crees, Ron? —Le preguntó Harry, con tono más que sarcástico.

Se dirigió a las mazmorras. Tendría que hacer muchos mimos a su amante para que no se enojara tanto con él.

Fin