19 abril, 2011

Un cumpleaños en libertad


Personajes: Sasuke Uchiha/Naruto Uzumaki

Advertencia: AU – M-preg  - Muerte de un personaje.

Genero: Romance, Angustia.

Clasificación: todo público

Disclaimers: Los personajes de Naruto, no son míos, pertenecen a Masashi Kishimoto.

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Las noches eran cada vez más frías, cada vez más crueles, cada vez más solitarias.
Sentía su ausencia y nada en el mundo podría traerlo de vuelta, nada en este mundo lo traería con él.
El invierno era mas inhóspito que de costumbre y se quedaba viendo al horizonte, rogando al cielo, para que le entregara algo a que aferrarse.
Se había marchado hace tanto tiempo. Tantos años sin su presencia y añorando su regreso. Sabía que debía ser fuerte, pero era demasiado difícil.
Cada vez que lo veía, algo en el se rompía.
La única luz de sus ojos, la única persona que en algún momento podría ser capaz de entender lo que estaba sufriendo, por que solamente él podría comprender la vida sin la persona que le dio la vida.
Taku.
Su Taku, su lindo e inocente hijo. Ajeno a los dolores de su papito. Ajeno a la maldad de la gente.
Recordaba claramente cuando todo empezó, cuando empezó su tormento y su felicidad. Cuando empezó su martirio, su agonía, su paz y prosperidad. Eran tantas sensaciones al mismo tiempo, que se le hacia imposible respirar a veces.

Habían pasado tres años desde que Sasuke se había ido con Orochimaru. Tres años en los que Naruto no había dejado de buscarlo. Algo lo impulsaba a seguir adelante, un sentimiento prohibido, pero que día a día le daba mas fuerzas para seguir adelante.
Se había levantado con ánimos y nada lo podía calmar, sabia que algo bueno iba a acontecer y necesitaba estar lo mas preparado posible.
Salio a la calle y corrió para internarse en los bosques de la aldea. Tenía que seguir adelante, correr, arrasar con el viento, pasar inadvertido por el sol. Todo para tener una respuesta a sus inquietudes.
Llegó casi al limite de la nación del fuego, ya había oscurecido hacía mucho rato y la luna se asomaba en las alturas y dejaba resplandecer las estrellas a su alrededor.
Sintió alguien acercarse y se puso en posición de batalla. Sabía que una persona se escondía entre los árboles, pero no le daría la oportunidad de sorprenderlo.
Unas  ramas se rompieron a sus espaldas y supo enseguida que alguien lo observaba por atrás, pero no sabia cuantos eran, por lo que prefirió evitar un primer contacto visual. Se giraba de un lado al otro tratando de descubrir de quien se trataba.
Hasta que un kunai se posó sobre su cuello, dejándolo inmóvil en el acto.
Sintió como esa persona se acercaba cada vez más e indisputablemente ya estaba comenzado a preocuparse.
Tanto tiempo sin verte… Naruto si antes estaba aterrado, ahora no sabía que era lo que estaba sintiendo.
Se separó lentamente de la persona que ya no lo tenía amenazado y poco a poco fue girando para comprobar sus sospechas.
Sasuke exclamó en un susurro.
Ciertamente nunca se esperó encontrarlo en ese lugar, pero algo en su interior se removió cuando lo pudo apreciar mejor. Estaba más alto que la última vez que lo había visto. Cabello negro azulado, sin dejar nunca su eterno peinado. Las ropas que llevaba pertenecían a las que adoptó cuando se había ido con Orochimaru. Su piel se veía tersa  y clara. Todo en conjunto le gusto.
¿No me dirás nada mas? Interrogó el moreno, mientras se iba acercando lentamente al rubio.
Naruto había cambiado, si, pero no a grandes rangos. Su cabello seguía teniendo ese hermoso color dorado que iluminaba todos los lugares por donde pasaba. Su estatura estaba bien, ni tan alto, ni tan bajo. Y sus ojos, solo un ángel podría tener ese color de ojos tan hermoso. Un azul que irradiaba pureza y alegría.
—¿Qué haces aquí, Sasuke? Le interrogó, viendo como el Uchiha se iba acercando cada vez más y él ni siquiera había sido capaz de despegar un pie del piso.
Te vi salir de la aldea y te seguí le confirmó hasta que estuvo a un palmo de distancia del kitsune.
¿Por qué me seguiste? Le preguntó, su mirada se había perdido en los negros pozos de Sasuke.
Quería saber a quien querías ver con tanto ahínco, que ni siquiera pediste autorización para salir le dijo mientras tomaba a un desprevenido rubio por la cintura.
¿Q-Qué haces? Se había tensado al máximo al sentir la cercanía del otro y no pudo reprimir el gemido que salió de sus labios, cuando Sasuke posó su boca, en su cuello.
No sabes que es peligroso salir así para ti atrajo el cuerpo mas a si, para poder sentir lo que siempre quiso sentir desde que había conocido al rubio Akatsuki va tras de ti y tú sólo sales, sin ninguna compañía siguió besando su cuello y fue subiendo poco a poco, para llegar a su oído y morder suavemente, su lóbulo.
No… no hagas eso dijo inconscientemente. Su cuerpo ardía y sabía que Sasuke lo podía percibir, pero ¿Que podía hacer? estaba sumamente cómodo en esa posición.
Lo siento, pero esta noche quiero hacerte mío, Naruto le susurró, mientras se alejaba un poco al ver la expresión en el rostro del menor No te voy a obligar, pero quiero que me pertenezcas de todas las formas posibles el tono posesivo con que lo dijo, no dejaba mucho a la meditación.
Naruto lo miró extrañado, sabía en algo, lo que quería decir el moreno, pero no sabía como hacerlo.
Sasuke se aproximó a sus labios  y lo besó por segunda vez. La primera había sido en la academia de ninjas y había sido un topón accidental, pero esta vez era diferente, podía sentir como pasaba la lengua por sus labios, logrando que los gemidos hicieran abrir su boca. Momento que no desaprovechó el moreno para introducir su lengua hábilmente.
Fue recostándolo en el árbol que estaba tras el rubio y se dejaron caer lentamente.
La noche la pasaron juntos, entregándose abiertamente a la oleada de sensaciones que sentían.
Palabras de amor que susurraron al viento y dejaron correr por los cielos. Único testigo de su amor.
El tiempo pasó y sus encuentros secretos  siguieron llevándose a cabo.
La gente no sabía, la gente era estúpida y no notaba su alegría, los que pensó eran sus amigos no notaron cambios en su humor, ese humor que cambió luego de que volviera a ver a Sasuke.
Hasta que una noche pasó.
Sasuke vino a su encuentro, pero al verlo centró su vista en su cuerpo y se alejo. Se fue dejándolo solo en medio del bosque. Sin explicación alguna, sin palabras de amor, sin señales de alegría, esa que algunas veces veía reflejado en su rostro.
Volvió a la aldea, con mil ideas en la cabeza, con mil asuntos que resolver, con mil preguntas torturándolo minuto a minuto.
La gente ya no le importaba, sus amigos ya no le importaban. Tsunade dejó de parecerle esa mujer increíble que lo quería como un hijo. Kakashi ya no lo molestaba con sus idioteces. Nada lo hacia reaccionar y era por que le faltaba él. Sasuke había vuelto a desaparecer y esta vez ni siquiera hubo un adiós.
Las semanas subsiguientes pasaron horriblemente lentas para Naruto. No tenia ánimos de comer, pero cuando se obligaba a si mismo a hacerlo terminaba devolviéndolo todo por el esfuerzo.
Tsunade decidió enviarlo en una misión, para que despejara un poco la mente. Lo envió, junto a su equipo, es decir Kakashi, Sakura y Sai, a una misión en Suna. Quizás pasar unos días fuera de la aldea lo ayudaran a reponerse de su agotamiento, tanto físico, como mental.
En solo una semana ya venían de regreso a Konoha. La misión ya había terminado hace tres días, pero habían decidido quedarse un poco mas, solo para hacer frente los ánimos del rubio.
Cuando estaban a punto de llegar a las puertas de la aldea, vieron un  gran tumulto de gente aglomerada. Había aldeanos comunes y corrientes, además de ninjas de diferentes categorías. Parecían estar alterados, diciendo cosas como va a morir, no resistirá, pobre alma.
Se acercaron a ver lo que estaba pasando y con horror vieron a la Hokage en el suelo. Arrodillada frente al cuerpo de un individuo.
Naruto sintió que se le congelaba cada fibra de su piel.
¡Sasuke! Corrió abriéndose paso entre la gente y llegó atropelladamente junto al moreno. Tomó su cabeza y la apoyó en su regazo, cuidadosamente.
Llegaste a tiempo… Naruto le dijo casi sin aliento. La sangre emanaba por casi cada parte de su cuerpo. Cosa que angustió al rubio.
Calma, Sasuke le pidió aguantando las ganas de llorar que tenía ¡Tsunade! Llamó a la mujer para que se acercara a revisarlo, pero la mujer no se movió ¡Ayúdalo! Le exigió, pero la mujer negó con la cabeza.
No hay nada que yo pueda hacer, Naruto le dijo soltando las lágrimas que bajaban por sus mejillas.
¿Cómo que no hay nada? Le preguntó, pero impotente vio que la mujer, solo negaba con la cabeza Sasuke… resiste un poco le pidió mirándolo a los ojos, ojos que casi ya no tenían luz, pero el moreno no respondió ¡Sasuke, resiste! Le rogó, dejando caer las lágrimas que ya no podía aguantar.
Naruto dijo con esfuerzo. El mismo esfuerzo que empleó para levantar la mano y que el rubio la tomara debes ser fuerte comenzó a hablar.
La gente alrededor, no podía evitar la emoción, al ver como dos amigos se despedían por  última vez.
Sakura se fue a acercar, pero Kakashi la detuvo por un hombro y Sai por el otro. Miró a los dos con interrogación, mas ambos solo negaron con la cabeza y miraron al frente. La pelirosa no pudo hacer más que llorar por la escena que presenciaba. Sasuke, el amor de su vida, estaba apunto de morir y nadie podía hacer nada.
Ya le dije a Tsunade… que debes quedarte… en el complejo Uchiha le costaba cada vez mas poder hablar.
Shuu… no hables, por favor, no digas nada le suplicó.
Una exclamación se sintió en el aire, cuando Naruto descendió su rostro y le dio un suave beso en los labios al moreno. La gente quedo impactada.
Tsunade se mantenía arrodillada junto a los jóvenes y lloraba en silencio, mientras apretaba sus puños hasta el punto de dejarlos blancos. Le dolía saber el destino del rubio, solo, a los diecisiete, y con el corazón roto, por la muerte de su amor. Sabía perfectamente lo que se sentía, ella misma lo había vivido.
Sakura estaba estupefacta… nunca en su vida se imaginó que algo así podría pasar. Sasuke y Naruto se amaban, ellos se querían más que como hermanos, más que como compañeros y ella no entraba en ese cuadro. Ahora su dolor se evocaba a ellos. La muerte de Sasuke le dolería, pero no tanto como a Naruto, que al parecer era el receptor del amor del moreno.
Sasuke lo llamó al ver que no respondió al beso Sasuke su voz sonaba cada vez mas angustiosa.
Te amo… eso fue lo último que le dijo. Lo último que salio de los labios de Sasuke Uchiha.
Naruto aguantó la respiración y abrió y cerró su boca tratando de decir algo, pero nada le salió. Abrazó el cuerpo del moreno y comenzó a mecerse, sintiendo la desesperación que ahora no lo dejaba hablar. Hasta que finalmente todo eso salió.
¡Sasuke! Un grito agónico, que le heló la sangre a todo el mundo ¡Sasuke! Repetía una y otra vez. Tratando de traerlo de vuelta.
Tsunade se apresuró a abrazarlo, pero el rubio no se dejaba, solo podía abrazar el cuerpo de su amado.
>>¡¿Por qué?! Gritó al cielo, como pidiendo una respuesta desde las alturas. Todo giraba a su alrededor y sentía que podría morir en ese mismo instante e irse con su amado ¿Qué pasó, Tsunade? Le exigió con los ojos bañados en lágrimas ¿Quién lo mató? Dime quien lo hizo… para destrozarlo le  repetía apretando los ojos, que no dejaban de dejar caer las lágrimas.
No hay nada que vengar, mi niño le dijo atrayéndolo por fin hacia su lado. Vio que aun así, el rubio no soltaba el cuerpo del moreno Sasuke lo hizo por ustedes, mi niño le dijo acunándolo, dejando que el rubio dejara salir todo el dolor que tenía adentro.
¿Y por qué me dejó solo de nuevo? Preguntó entre hipidos ¿Por qué, si sólo lo tenía a él? Le preguntó tratando de respirar.
Sasuke mató a aquellos que iban tras de ti le empezó a decir luchó contra Orochimaru y lo mató le dijo un poco angustiada, sabía que el hombre era una amenaza, pero aun así, fue su compañero de equipo derrotó a todos los Akatsuki que quedaban, pero fue mucho para él le informó.
Pero por que no me pidió ayuda… quizás ahora no estaría muerto… o por lo menos yo también estaría muerto dijo al aire, con la mirada perdida y solo hipando a destiempo.
No digas eso… él lo hizo por ti… para que fueras libre le trató de decir, pero el rubio la interrumpió.
¡De que me sirve ser libre! Gritó con dolor ¡De que me sirve si no lo tengo a mi lado! nadie parecía entenderlo.
Tienes que calmarte, Naruto le dijo tomando aire para decir lo que seguía Naruto, Sasuke me dijo, que todo lo que hizo, fue por que hace unas semanas, el último día que te vio, se dio cuenta de que necesitaba que estuvieras a salvo… que nadie perturbara tu vida lo abrazó contra su pecho, lo mas fuerte que pudo, sin llegar a lastimarlo estas embarazado le habló calmadamente Sasuke hizo todo, para que fueras libre, para que nada amenazara tu vida y la de su hijo terminó de hablar.

Las cosas siguieron su curso. Realmente le costó mucho entender como Sasuke había planeado todo desde que lo vio la última vez.
Ahora vive en el complejo. Junto a su hijo eran los herederos de la fortuna Uchiha y todo lo que les pertenecía, de todas maneras, ahora seria Taku, el que continuara con la línea sucesoria de los portadores del Sharingan.
—Otto-chan —habló una fina voz a sus espaldas.
Lentamente se giró, luego de secar sus lágrimas. Aquellas que salían cada vez que recordaba el día en que Sasuke partió de sus vidas.
Miró a su hijo y le sonrió, mientras se agachaba y extendía los brazos para recibirlo.
El niño corrió y se apresuró a abrazar a su papá.
Naruto solo podía mirarlo. Taku tenia tres años, pero aun ahora, era el vivo retrato de Sasuke, su eterno karma, por que ni un rastro venia a relucir su sangre Uzumaki, pero aun así era lo que mas amaba en la vida.
Por que sabía que seria su único hijo, nunca podría estar con nadie que no fuera Sasuke y no podía dejarse morir ahora, por que su angelito aun lo necesitaba.
Tendría que aguantar hasta que su momento le llegara y poder reunirse con su amado.
>>Otto-san —lo llamó su bebé. Mientras le extendía un dibujo —Otanjoubi Omedeto —le dijo emocionado.
Sonrió al ver el dibujo.
Siempre que Taku dibujaba, realizaba los mismos trazados. Unos palitos amarillos que eran él, junto a unos palitos negros mas chiquitos que eran la simulación de un bebé Taku y otro montón de palitos de color negro, pero mas grandes que eran su difunto padre, Sasuke.
Una vez le preguntó quien le había dicho que eran así y le respondió que toda la gente decía que era igual que él, pero en grande. Le dijo que le hacia ese dibujo, por que siempre sonreía.
Besó en la mejilla a su hijo y se dispuso a preparar la comida para los dos y así celebrar su cumpleaños, solo con su hijo, pero tranquilo, un cumpleaños en compañía y como hace tres años, gracias a Sasuke, un cumpleaños en libertad. 

Fin 


1 comentario:

  1. aaaaaaaaaaaaaahh me puse a llorrraaar ahhhhhhhhhhh
    pobrecitooooooooo
    y justo hoy estoy sensibleeee

    pobrecitoooooooooo

    pero fue muy lindooo n.n

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